Hace rato que tenía ganas de escribir esta
nota, pero no se había dado…y cómo todo tiene su momento (esto ahora más que
nunca lo entiendo), esperé pacientemente hasta que éste llegara. Y llegó, como llegan
todas las cosas que se tienen que dar en la vida, y una vez más fue a través de
algo que leí en un post que escribió la mujer que pone palabras a mi vida, la Ji.
Como ella bien dijo, hay personas con las
que te encuentras y te conectas profundamente y otras cuya vibración
simplemente no se da, por más buena intención que haya. “Hay ciertas
frecuencias que te unen y otras que no, y algunas que en un momento sintonizan
y después pasan, que dejas, porque vamos
cambiando y luego no te encuentras aunque haya cariño o buena onda,
simplemente no se da, y está bien, sólo que socialmente no es bien visto dejar
de ir a ciertas cosas o personas cuando antes sí te encontrabas, pero en
estos tiempos de gran honestidad la vibración ya no habla, grita, y casi que te
impide conectar con situaciones, espacios y gente que no, que están en
frecuencias distintas y/o donde el ciclo se ha cerrado”.
Ay que sentido que me hacen las palabras
de la Ji!!!! Lo vi súper claro cuando estuve en el hospital; la frecuencia se siente, tu cuerpo
reacciona, se manifiesta, y no puedes evitarlo o hacerte la loca, simplemente la
conexión del corazón se da o no se da. El otro día lo conversábamos con la
Dani, porque hey! a todos nos está pasando. En estos tiempos de gran honestidad
la energía se manifiesta fuerte y claro.
Les quiero contar una historia. Una de
las más maravillosas y mágicas de las que he sido protagonista, en la que queda
clarísimo cómo se manifiesta la conexión del corazón. Cuando estuve en mis
peores días de hospitalizada, pasaba la mayor parte del tiempo durmiendo porque
me tenían sedada. Recuerdo claramente que la primera vez que desperté de este
sueño profundo escuché la voz de mi mamá y mis amigas del colegio conversando afuera
de mi habitación, así que cuando entró una enfermera, le pedí que las hiciera
pasar. La enfermera salió de mi pieza y a los pocos minutos volvió a entrar y
me dijo que no había nadie afuera, sólo médicos y personal del hospital,
ninguna visita.
Guau…quede plop, como Condorito. De
verdad que no entendía nada. Yo las escuchaba fuerte y claro, hasta podía
escuchar lo que estaban conversando!!! Qué estaba pasando??? Me estaba
volviendo loca??? Fue lo primero que me pasó por la mente jajajajaja…pero cómo,
si era tan real…Bueno, lo deje ahí y continué con mi vida de hospital. Al rato
me volví a dormir, pero al despertar las voces seguían ahí. Entró otra
enfermera y decidí hacer un segundo intento, pero obtuve nuevamente la misma
respuesta. Esto no podía ser producto de mi imaginación, cómo tan creativa?
Escuchaba sus voces, sus conversaciones, estaba ahí!!! Era real.
La mayoría de mis amigas del colegio vive
en Valparaíso, y cómo yo estaba hospitalizada en Santiago, sólo nos veíamos los
fines de semana. Definitivamente las extrañaba, ellas son una parte
importantísima de mi vida; son mis amigas de siempre, mis compañeras de vida,
con ellas crecí, me convertí de niña a mujer, conocen toda mi historia, han
visto toda mi evolución, me han acompañado en todas mis penas, en todas mis
alegrías. Como dicen por ahí, las amigas son la familia que eliges, y nosotras
realmente somos una familia; hay entre nosotras un profundo amor que ha
traspasado las barreras del tiempo y la distancia.
Los días en el hospital son largos; ahí
la cosa funciona desde muy temprano y para mí el dormir fue todo un tema.
Estuve semanas sin poder dormir, apenas pegaba un ojo, así que mis días eran
más largos aún que para el común de los pacientes. Las horas que estaba
despierta no podía hacer mucho para entretenerme, porque por el síndrome que me
atacó me hacía tener la presión por las nubes, me sentía súper mareada y veía
doble, así que cero posibilidad de leer, ver películas, series, docus, tele,
hacer manualidades o cualquier actividad de esas que solemos hacer para
distraernos, y como tampoco podía hablar ni moverme de mi cama, no había casi nada
entretenido que pudiera hacer.
Así figuraba, desprovista de todo estímulo externo, de todo aquello que me pudiera
sacar del momento presente, de lo que estaba viviendo; el universo me obligó a
mirar cara a cara mi realidad, mi dolor, mi sufrimiento, mi malestar, mi miedo,
mi angustia, mi vulnerabilidad; y aquí se produjo el mayor de los encuentros,
el encuentro con mi ser interior. Y así comenzó todo, la vida tuvo que
sacarme de cuajo de mi vida y alejarme de todo lo que estaba a mi alrededor
para que entrara en la noche oscura del alma; ese capítulo duro pero revelador,
donde nos enfrentamos a nuestros miedos, a quienes somos. No es que antes no
haya estado haciendo un trabajo espiritual, hace rato venía haciéndolo! Pero,
como tan asertivamente me dijo la Ji, tenía tantas ganas de aprender y de crecer,
que el universo me escuchó, y me mandó a un curso intensivo, y me pasó todas
las lecciones de una vez; total, se supone que yo era capaz de aprenderlas
(ja!).
Como buena virgo, tenaz y perseverante,
no me doi por vencida fácilmente, así que me entregue con todo a la tarea de
salir adelante y no decaer ante estas poco favorables circunstancias; y para
esto ocupé todas las herramientas que la vida me había ido entregando a lo
largo de mi existencia, principalmente la fe y la paz-ciencia (la madre de
todas las ciencias); y me dediqué a mirar, a escuchar, a abrir mis ojos y mi
corazón, y empecé a contentarme con pequeñas cosas, con los regalitos que el
universo me iba entregando a diario; y comencé a alegrarme y a encontrar paz en
mi interior, y a valorar lo bueno que tenía en mi día a día, en el momento
presente. Escrito así suena simple, suena fácil, pero esto no sucedió de un día
a otro; tuve que luchar contra mis demonios, contra mi impaciencia, contra mi
deseo de controlar-me, contra mi necesidad de entenderlo y conocerlo todo, pero
se puede, con voluntad, conciencia y
amor, todo se puede.
Se dice que después de la tormenta siempre
sale el sol, pero también el universo nos
tira salvavidas cuando estamos en medio de la tormenta, sólo que a veces no los
vemos o no los sabemos ocupar. Y ahora remoto la historia que les estaba
contando, de la que escribí algunas líneas atrás; esa de la que fui
privilegiada protagonista. En mi caso, el primer salvavidas que me envió el
universo - y que fue lo que abrió una tremenda puerta en mi corazón - fue el
conectar en otra dimensión con mi madre y mis amigas. Y aquí me resuenan un
montón otra frase de la Ji: estamos
viviendo en mundos paralelos o múltiples y esto se nota cada vez más; y sí,
definitivamente esto fue lo que yo viví.
Cuando dije que escuchaba a mi mamá
conversar con mis amigas como si estuviera afuera de mi habitación pero que no
estaban físicamente, fue justamente eso; estaban ahí, conmigo, pero en otra
dimensión, en un mundo paralelo. Y esto lo entiendo hoy a cabalidad. En ese
entonces, cuando sucedió, me limite a vivir la experiencia. Escucharlas, me
daba calma, me daba paz y me transmitía un inmenso amor; me hacía sentir
acompañada, en esos que fueron mis días más críticos en términos de salud en el
hospital. Así que pasaba las horas con los ojos cerrados escuchándolas,
sintiéndolas, visualizándolas; incluso a veces podía verlas sentadas en la sala
de espera, a veces de frente, otras veces en ronda; lo importante es que hora a
hora y día a día, durante ese período, estuvieron conmigo y me entregaron muchísimo
amor.
Después deje de escuchar a mi mamá, y mis
amigas ya no conversaban entre ellas sino que cantaban, me cantaban a mí, y
siempre entonaban la misma canción. No era una canción inventada por ellas, era
una canción que cantaba una mujer en la vida real; no recuerdo el nombre de la
cantante ni la letra de la canción pero me acuerdo claramente que la Ale le
dijo a las demás que su canto me daría fuerza; sólo ella y la Collado conocían ese
tema, así que se lo enseñaron a las demás para que pudieran cantar todas juntas,
así tenía que ser para que funcionara. Y así fue. Escuchar sus voces dulces y
melodiosas entonar ese mantra provocaba un efecto en mi alma; la letra, la
melodía y sus voces eran energía pura que penetraba en todo mi ser y me llenaba
de fuerza y amor; me alegraban profundamente.
Hace poco tiempo conecté con este
recuerdo, la experiencia más linda y mágica de mi estadía en el hospital, y por
qué no decirlo, una de las más lindas y mágicas de mi vida; y por supuesto se
los conté a mis amigas. Fue un momento de muchísima emoción, se me erizaba la
piel mientras les contaba y las lágrimas rodaban por mis mejillas, y ellas, con
gran emoción también, me confirmaban que así fue; que día a día lo primero que
hacían por la mañana era hablar de mí y comentar las noticias que cada una
tenía, y me enviaban buenas energías y muchísimo amor, y que en eso se pasaban
los días.
Con esta información terminé de entender lo
que había vivido: un encuentro de almas
en otra dimensión, una que no comprendemos, una que sólo se da si existe
conexión del corazón. Quizás a muchos de los que lean esta nota les
parecerá que todo fue producto de mi imaginación, que no existe tal cosa, pero
estoy segura que no soy la única que ha vivido una experiencia de este tipo, y
sé que esta historia hará sentido a quienes estén preparados para conocerla.
Pueden o no creerla, así es el mundo del
amor, el mundo de la fe; no podemos ver con los ojos de la cara ni explicar lo
que sucede de forma racional, hay que ir más allá; como La vida de Pi, una historia
extraordinaria que puedes o no creer, depende de lo que diga tu corazón.
Besos mágicos!
Paulina
PD: Comencé esta nota en mi casa pero la
vida quiso que la terminara en el hospital, en el lugar donde ocurrió esta
mágica historia, pero esta vez en condiciones muy distintas…que curiosa es la
vida verdad???
La emoción que embarga nuestros corazones es enorme, gracias hermosa amiga! hemos crecido contigo <3
ResponderEliminarGracias bella <3! Gracias por acompañarme en este y todos los caminos de la vida...te adoro millones!!!!!!!!!
EliminarSimplemente Te Adoro!!
ResponderEliminarMuac linda!!! Eres lo más dulce que hay :)
EliminarAmiga llore ambas veces...la primera vez cdo iba en la calle yahora en la tranquilidad de mi casita... porque como tu dices nuestra conexion simplemente existe.teadoroooo teadoramos!!! Eres tremendaaa.....
ResponderEliminarAmiga hermosa me encanta tenerte de vuelta en mi vida <3 <3 <3 Ha sido hermoso sentir esta conexión tan bella, gracias por ser parte de esto! Las adoroooo!!!!
Eliminar